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Fue Maravillas y ahora Malasaña. De la vieja puerta del Cuartel de Monteleón a la frenética calle de Fuencarral, y de la Gran Vía, a la calle de Carranza. La Corredera es un hormiguero en perpetuo movimiento. Al Daoiz del Dos de Mayo hace tiempo que le robaron su espada porque ya de nada le servía. Las palomas alternan sobre las mesitas de la terrazas. De los ganchos de la antigua carnicería del Rastrillo, cuelgan guitarras y vestidos. La vieja fábrica de hielo, ya no huele a amoniaco. El té con pastas se sirve en amplios sillones de locales vintage. El Penta aún se mira en la fachada del Madrid Me Mata, y la Vía Láctea sigue abriendo sus noches a todo el que las quiera. Señoras y señores, vecinos de los días del estraperlo, o de la generación Baby Boom, se cruzan con hipsters, rockeros melancólicos y jóvenes skaters. Es la Pos-Movida del siglo XXI, que evoluciona, crece y se transforma día a día. Es el foro de las tribus y de la cultura alternativa, es el foro de Babel. Yo le llamo Babelia, esa que deja huellas cambiantes que a veces descubro e interpreto a mi manera.